
Ante un escenario de constante deterioro del salario de los trabajadores y trabajadoras de las Universidades Nacionales que impacta directamente en los ingresos de las Obras Sociales, la sostenibilidad de los servicios de salud se encuentra hoy en una situación crítica.
Desde la Obra Social de la Universidad Nacional del Litoral (OSUNL) advertimos que, al igual que el conjunto de las obras sociales universitarias del país, hemos alcanzado un nivel de déficit económico estructural que compromete seriamente la continuidad y calidad de las prestaciones de salud y amenaza la sostenibilidad de un sistema solidario, que en nuestro caso cuenta con más de cincuenta años de trayectoria sin interrupciones.
Esta preocupación se inscribe en un escenario nacional complejo. El 22 de agosto de 2025, el Consejo de Obras Sociales Universitarias (COSUN) manifestó mediante una presentación ante el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que las obras sociales universitarias enfrentamos “una crisis estructural que amenaza con desbordar no solo a las instituciones, sino también a miles de familias que dependen de ellas para sostener su vida, su empleo y su derecho a la salud”. El organismo advirtió además sobre el riesgo de pérdida de empleos, de la interrupción de coberturas médicas y la desprotección de los jubilados, subrayando la urgencia de que el Estado Nacional y las universidades adopten medidas para evitar el colapso del sistema.
Entre las propuestas elevadas por el COSUN se destacan la reforma de la Ley 24.741, la equiparación de la contribución patronal por jornada completa, la creación de un programa de asistencia sanitaria para la comunidad universitaria y la articulación de convenios con el PAMI que mejoren la atención de los afiliados y afiliadas jubilados en coordinación entre ambas instituciones. Coincidimos con el COSUN en que la mayor responsabilidad recae en el Estado Nacional, garante último del derecho a la salud, y reclamamos medidas urgentes para sostener este sistema que brinda cobertura a decenas de miles de trabajadores, trabajadoras, jubilados, jubiladas y sus familias.
En el caso particular de nuestra Obra Social, las consecuencias de esta crisis se fueron abordando de manera oportuna, mediante consensos a los que fuimos arribando de manera comunitaria. Durante 2024, tras la Asamblea Extraordinaria, nuestros afiliados y afiliadas acompañaron con mucho esfuerzo medidas de emergencia para revertir el déficit: aumentos en los aportes mínimos de afiliados/as activos, jubilados/as y adherentes, incremento de coseguros y refuerzos en los controles de auditoría. Esto permitió contener parcialmente nuestro desequilibrio financiero pues el escenario económico y político fue implacable con el sistema universitario todo. A lo largo de 2025, el retraso sistemático en la actualización de los ingresos —de entre 1 y 1,5 % mensual respecto de la inflación— y las demandas de los prestadores, que se ajustan según el índice de precios al consumidor, han vuelto a situar a nuestra Obra Social en una situación sumamente comprometida.
A pesar de este contexto adverso, desde la OSUNL continuamos reafirmando nuestro compromiso con la comunidad universitaria. A lo largo de nuestra historia, y especialmente en los momentos más difíciles, nunca interrumpimos nuestros servicios. Hoy más que nunca, sostenemos el desafío de continuar ofreciendo prestaciones de calidad, con eficiencia y sentido solidario, defendiendo un modelo de salud integral basado en la equidad y la calidad, incluso ampliando servicios de salud propios desde nuestro Servicio de Medicina General y Familiar.
Queremos que la OSUNL siga siendo la obra social de toda la comunidad universitaria, un espacio colectivo que se construye día a día con el esfuerzo y la confianza de quienes creemos que el acceso a la salud de calidad es un derecho, no un privilegio. En ese horizonte, nuestra institución convoca a renovar el compromiso conjunto para sostener un sistema que, más allá de las crisis, siga siendo un ejemplo de gestión solidaria y de defensa de lo público.