La vuelta del médico de familia

La vuelta del médico de familia

El desafío es superar la fragmentación que supone la hiperespecialización médica y la autoderivación, haciendo énfasis en una mayor información, el asesoramiento para los procesos de salud y la integralidad de la atención.
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La atención integral de la persona basada en los vínculos de confianza y la comunicación es una práctica en la que se sustentaba la atención médica en nuestro país hace no tanto tiempo. Luego, la lógica del modelo médico hegemónico dio paso a servicios de salud fragmentados donde prima la consulta con especialistas.
Hoy, sin embargo, asistimos a una vuelta de tuerca. Los servicios de salud están volviendo a apostar por la medicina familiar. Se trata de una especialidad que, basada en la atención primaria de la salud, está preparada para resolver el 80% de las consultas médicas y trabajar en equipo con otros especialistas, solicitando interconsultas puntuales y pertinentes. Su fundamento es la atención de la persona en su dimensión biológica, psicológica, económica y social, situada en su contexto cultural y familiar. De esta manera, se evalúan y acompañan otros procesos aparte de los orgánicos, como por ejemplo los modos de vida.
La educación, la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y el seguimiento a lo largo de la vida son sus pilares. Así, se abona a la modificación de conductas para la mejora de la calidad de vida, favoreciendo la toma de decisiones de manera informada y en conjunto con el médico. La premisa es ejercer libremente el derecho a la salud.

El médico de familia es un especialista que se ocupa del mantenimiento de la salud, la resolución de los problemas y necesidades de salud más frecuentes en los individuos, familias o comunidades. Desarrolla acciones de prevención, promoción y cuidado médico en grupos poblacionales con y sin factores de riesgo. Atiende sin distinción de edades, género, sistemas orgánicos ni enfermedades. Comprende el contexto de los problemas de salud y busca soluciones posibles. Es experto en la relación médico-paciente-familia-comunidad y brinda atención continua, integral y comprensiva.
“Consideramos que la medicina familiar tiene amplios beneficios para la atención, seguimiento, referenciación, accesibilidad y sostenibilidad, entre otros”, apunta Leandro Pinotti, médico coordinador del recientemente creado Servicio de Medicina General y Familiar de la Obra Social de la UNL. El servicio busca priorizar el cuidado y el mantenimiento de la salud de los afiliados instrumentando programas y servicios planifiquen la prevención de enfermedades y la promoción de hábitos saludables. El objetivo es brindar atención médica primaria de alta calidad bajo criterios de equidad, eficacia y eficiencia bajo un modelo epidemiológico – social, donde entran en juego una serie de determinantes sociales, hereditarios, biológicos y económicos no atomizados.

La Obra Social de la UNL está iniciando un nuevo camino en el marco de la salud familiar, que apuntará en forma prioritaria a cuidar y mantener la salud a través del accionar clave del médico de familia y luego, si fuera necesario, a recuperar la salud perdida a través de todos los recursos necesarios. Pero la apuesta principal es prevenir, para no tener que reparar luego las consecuencias de comportamientos poco saludables. “El médico generalista planifica con el paciente un acompañamiento y recuperación de los procesos de salud, enfermedad y atención. Desarrolla un plan de prevención y promoción de salud, aconsejando sobre los modos de vida y los estudios o screening necesarios en cada grupo etario, con el objetivo de no desarrollar enfermedades o detectarlas a tiempo y que posibiliten la cura y el equilibrio”, continúa Pinotti.
Karin Kopitowski es médica de familia y coordinadora del servicio de medicina familiar del Hospital Italiano de Buenos Aires. En dicho Hospital, muy conocido por la excelencia de sus prácticas especializadas, funciona este servicio desde 1989. Hoy cuenta con 120 médicos y se ha constituido en un servicio líder en el país e Iberoamérica. Para Kopitowski un primer contacto con un médico de familia es ventajoso respecto de la autoderivación; “Muchos síntomas no se corresponden con un “órgano” o “sistema” y es el médico de familia el mejor posicionado para trabajar con estos síntomas. Por otro lado, un paciente con obesidad, hipertensión arterial, dislipemia, depresión y artrosis es un paciente frecuente ¿A cuántos médicos tiene que ver? Lo que necesita es que un médico lo ayude con todas estas cuestiones y realice la interconsulta pertinente ante situaciones puntuales. Un médico de familia se especializa en personas y no en órganos, sistemas o edades especiales”, afirma.
Un médico de familia es un profesional que está altamente capacitado para resolver distintos tipos de problemas complejos y frecuentes en su ámbito de práctica: desde la atención de bebés y niños hasta la de ancianos, asistir en partos y realizar seguimiento de embarazos, realizar cirugías menores, entre otros.

Así, la medicina familiar se apoya en la atención primaria para constituirse en la gran “puerta de entrada” al sistema de salud, aportando equidad y facilidad en el acceso a los servicios. La coordinación de consultas, estudios y derivaciones a especialistas, evita pérdidas de tiempo y de recursos. Pero sobre todo, favorece que las personas adquieran nuevas herramientas para el autocuidado, el mantenimiento de su salud y la prevención de enfermedades a partir de una sólida relación entre médico y paciente que se construye a lo largo del tiempo y se fundamenta en la confianza. Este cambio de modelo es, ante todo, cultural. “No es sencillo y rápido, pero confiamos en poder desarrollarlo para mejorar la salud de nuestra población” finaliza Pinotti.
Cuando uno pierde la salud e ingresa en la enfermedad, necesita una guía para transitar por ese laberinto complejo. El médico de familia es quien diagnóstica y trata, pero también quien deriva al paciente al especialista cuando la patología así lo requiere. El médico de familia es quien reparte el juego, quien ayuda al paciente a cuidarse, luego a recuperarse y mantenerse en estado saludable.

 
 

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